lunes, 27 de julio de 2009

Dólar a $ 4,30 versus plazo fijo al 20%

Dólar a $4,33 en 12 meses. ¿Miedo? ¿Pánico? ¿Ansiedad? Para los argentinos, el valor del dólar es una fiebre que no conoce estacionalidad y que muchas veces, producto de la incertidumbre, no admite opciones superadoras. La vacuna no ha sido descubierta.
El Rofex y el Mercado Abierto Electrónico (MAE) son dos mercados donde se negocian fuertes sumas de dinero para aquellos que buscan cobertura financiera. Aquí se fijan contratos con una cotización para el dólar a futuro. En la primera, se trata de una plaza donde se negocian participaciones en el comercio de granos y la segunda, de un mercado para operadores institucionales, bancos y hasta el propio Banco Central.
En esas plazas, la cotización a 12 meses de plazo correspondiente a la última cotización del dólar fue de $ 4,33 por unidad. El número seguramente impresiona, pero ¿es para tanto?
Con la información que se tiene, si se hace la traducción respectiva, esta diferencia implica una tasa de 13% en estos próximos 12 meses, es decir, sería la tasa en pesos que gana alguien parado en dólares.
En el mercado, a muchos inversores y ahorristas les da pánico contraer obligaciones en dólares y no obstante, se “arriesgan” a pagar una tasa mucho más alta, por ejemplo, en un saldo con tarjeta de crédito, que excede hasta 4 veces ese interés en pesos. Un saldo financiado en pesos hoy se ubica cómodo por encima del 60% anual en lo que hace a costo financiero total.
Si bien existe una legión de inversores que se concentra en otras opciones y que rehuye de los bancos, hay quienes a partir de un determinada tasa de interés, comienza a evaluar la posibilidad de depositarlo en una entidad a plazo fijo. En ese juego están los bancos, que en las últimas semanas han subido las tasas pero que, según ellos, es probable que sigan trepando aún más.
Por otro lado, muchos ahorristas se sienten seguros en dólares porque la tentación del Gobierno a devaluar en forma brusca la moneda es una constante (la tentación, no la ejecución) y de a ratos parece más probable. El grueso de los ahorristas no aceptan el desafío de mensurar la incertidumbre y mucho menos pensar que existen estrategias para cubrirse de este riesgo, entre ellas, el mercado de futuros.
Devaluación administrada
Sin embargo desde el Banco Central se han cansado de repetir que lo de ellos es flotación administrada o, como gustan traducir algunos economistas, “devaluación administrada”. Y es por ello que el mercado de futuros, y los precios que se fijan en él, sirven en buena forma para saber hacia dónde irá el valor del dólar ya que el Banco Central también opera en estos mercados y, en general, respeta con bastante aproximación la tendencia.
Por supuesto que estos valores serían puestos en peligro si el Gobierno tomara resoluciones contrarias a manejar el tipo de cambio en forma responsable. Justamente desde el BCRA, en los últimos días, han salido a dar “otras recetas” al Gobierno para que “no todo se canalice a través del tipo de cambio”. A saber, bajar el gasto público y hacerlo eficiente. Esto le bajaría los humos a la inflación, traería confianza en la gestión del Gobierno.
Del otro lado, la teoría conspirativa es creíble porque ya pasó hace algunos años. Hay quienes sostienen que como la situación fiscal es indefendible, es muy probable que el ajuste no se haga directamente sobre el gasto público (en récord histórico), sino que se lleve adelante en términos reales, vía una Devaluación (así, con mayúscula), licuando salarios y jubilaciones que son en pesos.
En ese contexto (que todavía está lejos pero que avanza en la medida en que el Gobierno no reacciona), es cierto, la ecuación se arrima a aquellos partidarios de “dólar o muerte”. Para los otros, los que comienzan a sopesar las tasas de interés que pagan los bancos, hay oportunidad, pero requiere timing y visión y alguna estrategia complementaria para “cubrirse” como comprar futuros de dólar.
Para muchos lectores, por ahora, la inflación parece ser el enemigo a batir. Se estima que este año será del 16%. Lo concreto es que las tasas de los plazos fijo comienzan a reconocer la inflación y que, a partir de allí, ya será decisión de cada uno. Si la devaluación reconoce el camino que marcan las tasas implícitas de los contratos de dólar futuro, entonces estamos hablando de algo inaudito: es decir, rendimientos reales positivos para los plazos fijo que podrían llegar a 8 o 9 puntos porcentuales (en dólares).
Existen entidades cuyas tasas ya se acercan al 20% anual en pesos. Eso sí: cada inversor debe evaluar cuánto vale el riesgo de que la vocación en suspenso del Gobierno de devaluar en forma brusca, se cristalice en algo más. De hacerlo, es poco probable que Martín Redrado se quede sentado en el sillón que ocupa desde hace años. Ahí habrá una señal.

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